Viernes Trece: Origenes o Mitos


El origen del temor por el viernes 13 es muy antiguo y variado, En el cristianismo algunos sitúan al viernes como el día en que Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso y tambien lo relacionan con el hecho de que Jesús haya muerto un día viernes y que la última cena haya sido integrada por 13 personas, esta tradición estuvo muy extendido en Europa. Tambien en el Apocalipsis, el capítulo 13 corresponde al anticristo y a la bestia. En el Tarot, este número hace referencia a la muerte y en la leyenda escandinava cuenta que, según la misma tradición, en una cena de dioses en el Valhalla, Loki, el espíritu del mal, era el 13° invitado

Otros creen que Las leyendas y mitos como el del viernes 13 fueron creados por una religión tratando de satanizar a otra. A principios del siglo VI, los misioneros cristianos de Inglaterra viajaban a otros países como Alemania y Rusia, con el afán de erradicar otras religiones.


Frigg o Freyja, diosa del cielo, el amor y la fertilidad, es una de las más respetadas deidades en la mitología nórdica, pero como el cristianismo se expandió por toda Europa, sus misioneros condenaron a esta divinidad y fue considerada como una bruja. Debido al consecuente rechazo que esto fue generando, las personas que aún la adoraban no tuvieron más remedio que esconderse en cuevas para venerarla en secreto. Y el resto de la sociedad empezó a verlo como algo malo.

Se especula que los rituales de esta ‘secta’ se realizaban los viernes y de ahí quedó la creencia de que ese día de la semana era cuando se adoraba a las brujas. Se fue fijando entonces la creencia de que los viernes eran los días de los malditos.

Autoridades de la iglesia católica divulgaron la creencia de que si un mes tiene un viernes 13 entonces dicho mes debió haber comenzado un domingo por tanto si el mes en cuestión comienza el día en que Dios descansó luego de la creación ese mes tiene un día especialmente aterrador al incluir un día en el que Satanás ande suelto en el mundo terrenal.

En otras tradiciones, como la Cábala, el Tarot, el Antiguo Egipcio, la Antigua Grecia o las creencias mayas y babilónicas, el trece siempre ha estado presente.

En esta Fecha, la gente suele evitar realizar todo tipo de cosas que tengan que ver con el número 13, movimientos bancarios, pisos, calles, etc. Con el pasar del tiempo esta creencia ha ido perdiendo credibilidad pero aun sigue viva. El miedo a los viernes 13 se llama collafobia o friggaatriscaidecafobia, siendo una forma espeluznante de triscaidecafobia, o Trezidavomartiofobia, que es la fobia al número 13.

Sin embargo La leyenda del viernes 13 comenzó a crecer durante la edad media cuando un viernes 13 del año 1307 el rey Felipe IV de Francia ordenó el arresto de Jacques DeMolay, un líder de los antiguos caballeros templarios. Inicialmente Jacques fue a ver al rey Felipe con la intención de establecer un diálogo, pero al contrario les recibió junto a sus soldados, fuerón acusados de herejía y le aplicarón crueles torturas para obtener información, muchos de los templarios fueron asesinados.

Su Historia:

El 13 de octubre de 1307 comenzaron las detenciones, por orden real, de todos los caballeros templarios en Francia. Comenzaron los interrogatorios, los torturaron, y finalmente, acabaron reconociendo que aquellas acusaciones por las que habían sido detenidos, herejía y sodomía entre otras, eran ciertas. Clemente V, Papa de aquella época, ordenó también la detención de los templarios que estaban en todo Occidente y en Chipre, y casi 600 caballeros más fueron llevados a París para ser juzgados. Corría ya el año 1309, y en esos dos años, algunos de aquellos primeros templarios detenidos, se retractaron de las declaraciones iniciales convirtiéndose así en relapsos. 54 de ellos fueron ejecutados en la hoguera en mayo de 1310.

En el Concilio de Vienne, en el año 1312, Clemente V dictó la bula Vox in excelso por la que suprimió la Orden del Temple quedando sólo pendiente de sentencia los casos de sus cuatro más importantes dirigentes: Jacques de Molay, Geoffrey de Charney, Hughes de Pairaud y Geoffrey de Gonneville.

Tras declararse inocentes, los dos primeros fueron llevados frente a la catedral de Notre Dame de París, y ante todo el pueblo, fueron quemados. Jacques de Molay, Maestre del Temple murió en la hoguera el 18 de marzo de 1314 no sin antes lanzar una maldición contra los dos culpables de su detención, el Papa Clemente V y el Rey Felipe IV instándolos a presentarse ante el Altísimo en menos de un año. Ambos, el Papa y el Rey murieron en pocos meses.

Pero éste no es sino un breve resumen de los hechos que ocurrieron entre 1307 y 1314.
¿Qué fue lo que llevó a la desaparición de la Orden Templaria? ¿Hubo una conspiración contra ellos? A la vista de un documento, y aunque ya se sabía, que ha sacado el Vaticano a la luz en octubre del 2007, está claro que sí. Esos documentos que han permanecido durante 700 años ocultos en los Archivos Secretos del Vaticano muestran lo ocurrido en los juicios que se realizaron contra los templarios en el castillo de Chinon.: es el tomo titulado “Procesus contra Templarios” y ya se le conoce como “Pergamino de Chinon” en el que el Papa Clemente V concedió la absolución a los caballeros templarios reconociendo que no había motivos para su enjuiciamiento.


Remontándonos a aquellos años, varias fueron las causas que llevaron a que una orden tan rica y poderosa como la del Temple desapareciera.

Inicialmente la Orden nació con el fin de preservar la religión católica y sus posesiones en el Mundo. Lo mismo ocurría con mucha otras ordenes militares, como los caballeros Hospitalarios, cuyo fin último era recuperar para la Cristiandad territorios sagrados de manos de los árabes. Sin embargo, cuando en en el transcurso de la batalla de Juan de Acre, en el año 1291, perdieron las últimas de las posesiones en Tierra Santa, su razón de ser desapareció y con todo su poder y riquezas se convirtieron en un peligro para el orden gubernamental del momento. Así se lo temió Felipe IV el Hermoso, quien veía inmiscuirse en muchos temas a los Caballeros Templarios, quienes a su vez sólo tenían que rendir cuentas al Papa, permaneciendo intocables para el propio Rey.

Por otro lado, tampoco sus hazañas eran bien recibidas entre el pueblo, pues suponían un costo extra que habían de soportar ellos mismos, dado que las ordenes militares estaban exentas del pago de impuestos.

Felipe IV, el principal impulsor de la lucha contra los templarios, además, odiaba a su Gran Maestre, Jacques de Molay, quien había accedido al puesto a costa del gran amigo del Rey, Hugo de Peraud.

Pero fue el dinero el gran motivo que impulsó a Felipe IV el Hermoso a comenzar la campaña persecutoria contra los Templarios. Las continuas luchas del reino contra Inglaterra y Flandes estaban vaciando las arcas, y Felipe IV andaba muy necesitado de dinero. Varias veces había tenido que acudir a los inmensos tesoros templarios, solicitándoles un préstamo. Las deudas con ellos aumentaban, y por tanto, eliminarlos suponía automáticamente que todas las deudas del Estado con los Templarios desaparecieran, y además, cabía la posibilidad de quedarse con todas las posesiones de los caballeros de la Orden.

Clemente V, al que ahora exculpa la Iglesia de aquella persecución en el pergamino de Chinon, no fue sino una simple marioneta en manos del Rey, más por miedo a ser asesinado o arrinconado como lo había sido su antecesor Bonifacio VIII, que por falta de poder, ya que era prerrogativa del Papado la dirección de todas las ordenes militares.

Perseguidos, cruelmente torturados y finalmente quemados en la hoguera, aquellos Caballeros Templarios de los que tantas leyendas e historias se han escrito desaparecieron en aquel año de 1314 aunque algunos señalan que quizas no.

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