Jesús y el joven Rico


Entonces se acercó uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?

Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino uno: Dios. Pero si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.

[Los judíos consideran que Dios es bueno y evitan la palabra “bueno” para hablar de gente, no sea que blasfemen. Seguro que Jesús es bueno, pero ahora está dirigiendo a este hombre hacia la bondad de Dios Nota:Diversos versiones de la Biblia dicen: Maestro, ¿qué haré de bueno para tener la vida eterna?.]

Le preguntó: ¿Cuáles? Y Jesús le contestó: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre. Y amarás a tu prójimo como a ti mismo.

El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?

Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. Al oir el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.

En los pasaje anteriores tenemos la historia del joven rico, y en dicha historia encontramos en dos ocasiones el verbo “guardar”, el primero se encuentra en el vs. 17guarda los mandamientos” y el segundo en el vs. 20yo lo he guardado”.

Lo interesante de las expresiones es que en el original griego son dos verbos diferentes, cuyo significado hace cambiar el sentido de lo que pidió Jesús y lo que contestó el joven.

Cuando Jesús dice en el vs. 17 , “guarda” el verbo griego es θέλεις (zeleis,zeleos) , un verbo en modo imperativo, que indica una observancia de corazón interior y exteriormente, de parte del joven.

Cuando el joven dice: “yo lo he guardado” el verbo que el emplea es ἐφυλαξάμην (efulaxamen), que significa solamente un conocimiento intelectual, no indicando en absoluto que el joven los estaba o los estuvo cumpliendo, por lo tanto lo que esta contestando a Jesús, es que el ya los conocía.

Las riquezas eran un obstáculo que el joven rico no podía superar. Él amó su dinero más que a su Amo y Señor; los términos para seguir a Jesús eran más de lo que él podría abrazar. En respuesta a la dolorosa respuesta del joven rico, Jesús continuó: "Porque es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios" (Lc. 18:25) ¿Qué quiso decir Jesús con esto?El "ojo de la aguja" era una pequeña puerta de aproximadamente dos pies (0.65 metros ) de ancho por tres pies (1 metro) de alto, encontrada dentro de las enormes puertas de la ciudad del medio oriente. Las puertas grandes se cerraban y aseguraban en el ocaso para mantener fuera a las bandas de ladrones que pudieran atacar bajo la cubierta de la oscuridad.

Ocasionalmente, algún viajero y su camello llegaban después del ocaso en busca de la seguridad y protección que había dentro de la ciudad. El "ojo de la aguja" era la única puerta que abriría quien cuidaba la entrada. Para que el camello pudiera entrar junto con su dueño, primero se le quítaba el cargamento que traía en su espalda y se introducía en la ciudad, para entonces, poder introducir al camello de rodillas apretándolo por la puerta angosta llamada "el ojo de la aguja".

Las implicaciones de Jesús en sus palabras son estas: para entrar al Reino, debo estar dispuesto a quitarme mis riquezas, mis posesiones materiales, esto es, que la atadura emocional sea rota.

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