Lucas 16:16 y el Mormonismo


La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él. (Lucas 16:16)

Lucas 16:16 es uno de los muchos pasajes bíblicos que se interpreta como que ya no existirán más profetas después de Juan, quien bautizó a Jesús. Es también una de las escrituras más usadas para refutar los argumentos de la Iglesia Mormona. En este contexto, el que los mormones afirmen que José Smith tuvo un llamamiento profético, al igual que lo tuvieron profetas posteriores hasta el día de hoy, contradice a la Biblia debido a Lucas 16:16. Los mormones aseveran que es una mala interpretación de la escritura, empezando con una incomprensión de la frase: “la ley y los profetas”.

La ley y los profetas

“La ley y los profetas” se menciona varias veces en la Biblia. Esto se debe entender como sinónimo de “las escrituras”. Los sagrados escritos, empleados como Escritura por los judíos de los días de Jesús, eran generalmente los mismos que los libros del Antiguo Testamento. La “ley” se refiere a los cinco libros de Moisés, o el Pentateuco – Génesis, Éxodo, Levíticos, Números y Deuteronomio. En estos libros se encuentra la Ley de Moisés que fue entregada a los hijos de Israel. Pablo ha afirmado que el propósito de esta ley era ser un ayo que les recuerde a Cristo (Gálatas 3:24).

El término los profetas” se refiere a los libros proféticos e históricos incluidos ahora en el Antiguo Testamento; los libros históricos desde Josué hasta Ester, y los libros proféticos desde Isaías hasta Malaquías. El propósito de estas profecías era anticipar la venida del Salvador. Además, en el Antiguo Testamento se encuentran incluidas “las escrituras”. Estas escrituras son los libros poéticos como Salmos, Proverbios, Eclesiastés, y el Cantar de los Cantares. Estos libros no eran inclusiones estándares en las escrituras de la época de Jesús, pero eran conocidos, ya que Jesús los menciona en Lucas 24:44. Su propósito es también el mismo: profesan la gloria del Señor y Su amor por Su pueblo.

Cuando Jesús dice en Lucas 16:16 que “la ley y los profetas eran hasta Juan”, los mormones no creen que esto signifique que ya no haya más ley y más profetas, Juan fue sólo el último profeta que precedió la venida de Cristo; como Jesús dijo, la ley y los profetas, refiriéndose a las escrituras, no serán abrogadas, sino cumplidas (Mateo 5:17). Como los profetas predijeron, y la ley simbolizó, el Hijo de Dios estaba ahora en el mundo predicando un nuevo convenio a Su pueblo, y pronto se sacrificaría a Sí mismo por los pecados de todos. Con aquel sacrificio, todo lo que la ley había señalado se completaría; todo lo que los antiguos profetas habían hablado se cumpliría. Desde ese momento, la ley y los profetas no anticiparon la venida de Cristo debido a que Él ya había llegado, y estableció un nuevo convenio. Ahora la prédica era de Cristo, quien ya había venido, y el evangelio que Él estableció.

Profetas después de Cristo

Tal vez un asunto fundamental en la interpretación de Lucas 16:16 es la definición de un profeta. ¿Qué es un profeta o profecía? Como se mencionó antes, una definición no entendida claramente es el uso de “profetas” en el Nuevo Testamento como significado de escritura. Con certeza, el Señor no quiso decir que no existiría más Escritura ya que no se había escrito nada del Nuevo Testamento hasta ese entonces. Otra malentendido potencial podría ser el pensar en profecía como predecir el futuro. Si esto es cierto, entonces es comprensible por qué algunos no verían la necesidad de profetas. Los profetas del Antiguo Testamento hablaban de la venida del Señor en una fecha futura. Como está escrito en la epístola de Hebreos, DIOS, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por [su] Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo (Hebreos 1:1-2).

Es un gran avance de lógica deductiva asumir que, debido a que Jesús habló de Sí mismo, se acabó la necesidad de profetas. Nuevamente, puede ser pensamiento lineal el subrayar esto. La necesidad de profetizar Su venida se había ciertamente terminado, pero si se define a los profetas como aquellos que hablan por el Señor, la necesidad de ellos nunca cesará. Esto es precisamente lo que los mormones creen es el deber de un profeta. Antes de que el Señor haya venido, aquellos que profetizaron sobre Él fueron llamados profetas y así apareció la asociación de los narradores del futuro. Sin embargo, más importante que la época de los acontecimientos, era la verdad de los mismos, y esto es lo que los mormones ven como un rol crucial de un profeta – testificar la verdad.

Desde los tiempos de Jesús, los creyentes tienen evidencia histórica (inclusive el Nuevo Testamento) en la cual confiar para entender y no necesitan un vocero viviente que prediga los acontecimientos futuros. Tal vez es esta característica del pueblo de creer cuando ven algo lo que convirtió a la Ley de Moisés en su ayo, y a los profetas en las personas que predecían el futuro. Para que ellos creyeran en la ley y los profetas, esto era necesario. Ahora que la humanidad ha visto a Cristo y es parte de la historia, la perspectiva mormona es que el pueblo niega hoy a los profetas como innecesarios, citando Lucas 16:16, entre otras escrituras, para justificarlo. Pero los mormones creen que, en Su día, Jesús organizó doce apóstoles y otros líderes para testificar sobre Él, predicar el evangelio y administrar las iglesias que se estaban formando debido a los muchos conversos. Esos apóstoles estuvieron en una posición entre Dios y la humanidad, exactamente como los profetas de la antigüedad lo estuvieron. Ellos hablaban con autoridad y en el nombre de Dios, y a aquellos que oían se les hallaba responsables. Jesús dijo de Sus seguidores: De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores [obras] hará, porque yo voy al Padre (Juan 14:12).

Esto no indica que las profecías y los milagros han cesado, sino al contrario. De hecho, después de la ascensión del Señor, los apóstoles realizaron milagros, recibieron revelación y profetizaron. El espíritu de profecía es uno de los dones buscados por los seguidores de Cristo, según Pablo. En este sentido, un profeta es alguien que habla con el espíritu de profecía, el cual es el testimonio de Jesús (Apocalipsis 19:10).

Los mormones creen que la organización establecida por Jesucristo es la misma en la actualidad. La Iglesia mormona se encuentra organizada de la misma manera, con un quórum de doce apóstoles como sus líderes. Estos apóstoles actúan como profetas bajo el nuevo convenio que el Señor realizó durante Su ministerio. Hablan la voluntad de Dios como profecía, lo cual tiene más que hacer con la verdad que con los acontecimientos futuros. En Lucas 16:16, cuando Jesús dijo que la ley y los profetas eran hasta Juan, él habló del antiguo convenio con los hijos de Israel, representado por las escrituras hasta aquel día. Desde entonces, existe un nuevo convenio, y nuevas escrituras, y una nueva ley, y nuevos profetas.

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