La Torre de Babel

El capítulo 10 de Génesis describe cómo se esparcieron los hijos de Noé y sus descendientes después del Diluvio. En los versículos 9 y 10 se nos dice que Nimrod fundó el reino de Babel, llamado después Babilonia, en la tierra de Sinar. El capítulo 11 comienza, diciendo: "Tenía entonces la tierra una sola lengua y unas mismas palabras... "Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra" (vers. 1, 4). El Señor descendió para ver la ciudad y decidió confundir el lenguaje y esparcir a la gente (véase los vers. 5-9).

Las antiguas tradiciones judías y cristianas enseñaron que Nimrod edificó la torre de Babel, a la que se referían como templo pagano, en un intento de llegar hasta el cielo. Entre los judíos, el nombre de Nimrod ha sido siempre un "símbolo de rebelión en contra de Dios y de usurpación de autoridad... imitando el gobierno de Dios estableció un sacerdocio falso y un reinado falso en la
tierra e 'hizo pecar a todos los hombres'" (Hugh Nibley, Lehi in the Desert and The World of the Jaredítes, tomo 5 de The Coilected Works ofHugh Nibley, 1980, pág. 156). El antiguo historiador judío Josefo agrega la explicación de que Nimrod había tratado de obtener poder sobre el pueblo y que probablemente haya pensado que aquel falso templo le daría más control (véase Antiquities of the Jeuis, libro 1, capítulo 4, párrafo 2).

La construcción de la torre se comenzó con el descubrimiento que hizo el pueblo de una importante técnica nueva: la del ladrillo cocido. Los ladrillos comunes de adobe, secados al sol, se podían utilizar para edificar sólo hasta cierta altura, pues se deshacían si tenían que soportar mucha presión; pero los ladrillos de horno se podían apilar a una altura considerable. Las torres del templo de Babilonia medían noventa y un metros de alto. En la Biblia se mencionan los ladrillos sólo al hablar de esta torre, de los edificios de Faraón y de los altares idólatras (véase Génesis 11:3; Éxodo 1:14; 5:7, 14, 16; Isaías 65:3). Esta forma de utilizarlos indica los sentimientos de rebelión contra el Señor que tenía la gente en la sociedad que surgió después del Diluvio.

El relato de Génesis provee mayor esclarecimiento en cuanto al significado de la construcción de la torre. Primero, la motivación que tenían para edificar ese templo era hacerse de un nombre (véase Génesis 11:4); en otras palabras, Nimrod proponía construir un templo para recibir el nombre de Dios sin hacer con El convenios eternos. Segundo, querían edificarlo a fin de no ser
"esparcidos" (Génesis 11:4). La revelación de los últimos días atribuye al poder sellador la facultad de evitar que la tierra sea asolada en la Segunda Venida (véase D. y C. 2:3). Uno de los significados que se daba en los días de José Smith a la palabra "asolado" ["wasted", en inglés] era "destruido por ser esparcido" (Webster's Dictionary, 1828 [Diccionario de inglés]).Y, finalmente, el nombre Babel significaba "confusión" en hebreo, pero en babilonio quería decir "portal de Dios". Nimrod y su gente se pusieron a edificar su propio templo, su portal al cielo, sin contar con la aprobación divina ni con las llaves del
sacerdocio.

Los babilonios, un pueblo apóstata, tenían cierto entendimiento de las ordenanzas y del propósito del templo, por lo cual construyeron un edificio que fuera para ellos un símbolo de su conexión con Dios; y, utilizando sus propias ceremonias inventadas para imitar la verdadera adoración que se efectúa en el templo, intentaron repetir el proceso de preparación para el más allá. Más aún, la palabra Babel en hebreo es la misma que se traduce como "Babilonia" en otras partes del Antiguo Testamento. De este modo, en términos bíblicos, la gente de este relato estaba edificando Babilonia, una ciudad que ha llegado a representar al mundo y a lo mundano
(véase D. y C. 1:16).

El relato de la torre de Babel debe leerse dentro del contexto de todo el libro de Génesis. Después de la Caída, se enseñó el Evangelio a los descendientes de Adán; algunos aceptaron las enseñanzas, pero muchos las rechazaron. Las combinaciones secretas, empezando con las de Caín, hicieron surgir la apostasía en el mundo. Al mismo tiempo, Enoc reunió a los justos en Sión, y éstos fueron llevados por Dios. Luego, el Señor envió un diluvio que destruyó a los inicuos, después de lo cual hizo con Noé y su posteridad un convenio de restablecer la enseñanza del plan de salvación en la tierra (véase Génesis 9:11) La ciudad de Enoc fue arrebatada de la tierra antes del Diluvio (véase Génesis 5:23-24; Moisés 7:21, 69), pero en los días de Abraham (más o menos la misma época de la torre de Babel), Melquisedec también había organizado una sociedad que produjo un pueblo de Sión, el cual procuró unirse a la ciudad de Enoc y llegar al cielo (véase la Traducción de José Smith de la Biblia, Génesis 14:33-34). Teniendo en cuenta el trauma que el Diluvio había producido (véase Génesis 6-8), la aspiración de construir una torre que llegara al cielo, con materiales impermeables, quizás haya sido también un intento por protegerse de otro diluvio si Dios procuraba destruir otra vez a los habitantes de la tierra. Por eso, su templo y torre probablemente haya tenido varios propósitos, haciéndola así más importante a los ojos del pueblo. No obstante, ese intento por escapar de los juicios de Dios se basaba en el ingenio humano y no en el arrepentimiento. La respuesta del Señor fue humillarlos.

La construcción de la torre de Babel fue un acontecimiento que tuvo lugar durante la transición entre la dispensación de Noé y la de Abraham. Inmediatamente después de esparcir al pueblo, el Señor intervino estableciendo Su convenio con Abraham y llevándolo a la tierra prometida(véase Génesis 12). El Señor estableció el convenio abrahámico como base para edificar a Sión, y ese convenio está fundado en nuestro reconocimiento y en nuestra dependencia de la sangre purificadora de la Expiación.

La narración que empieza en Génesis termina en 2 Reyes 25, cuando los descendientes de Abraham, por haber quebrantado el convenio, se encuentran de regreso en Babilonia, donde tuvo comienzo su historia. El haber violado el convenio dio como resultado el exilio desde Jerusalén (Sión) a Babilonia. Pero el Señor tuvo el poder y la misericordia para llevarlos de regreso, por medio del arrepentimiento de ellos y de Su renovación del convenio. Más adelante, Israel fue sacado de Babilonia por Ciro y después por Darío. Zorobabel, y luego Esdras y Nehemías, dirigieron al pueblo, y algunos regresaron y renovaron el convenio. En los últimos días, el Señor nos ha vuelto a llamar para que nos alejemos del mundo: se nos ha mandado salir "de Babilonia, de en medio de la iniquidad, que es la Babilonia espiritual" (D. y C. 133:14) para edificar a Sión.

Estas respuestas se dan como ayuda y orientación para los miembros de la Iglesia y no como doctrina religiosa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno este blog! Felicitaciones hermano!!!!

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